Discurso de despedida cuarto medio JMB 2017
Por Mario Muñoz Plaza.
Representante de la corporación Gabriel Gonzales
Videla, Señora directora, Lorena Jofre Pomareda, Equipo directivo, Cuerpo
docente, Asistentes de la educación, estimados estudiantes que hoy se
licencian, padres y apoderados, público en general.
Queridos estudiantes: Me es muy grato dirigirme
a Ustedes en esta ocasión tan especial, el día en que terminan sus años de
escolaridad obligatoria y comienzan una nueva etapa en sus vidas. Cuatro años
han pasado desde el primer día de clases en que acepté la responsabilidad de
ser su profesor jefe. Cuatro años desde que comenzó su último ciclo de
educación media y la preparación de sus proyectos de vida. Me imagino que están
ansiosos.
Hoy debería hablarles del futuro, de lo que significa esta finalización de una etapa en su desarrollo personal; debería hablar sobre las emociones que significa el terminar un proceso, hacerlos llorar con palabras de despedida, recordar las visitas a los cerros, sus bailes y lo bien que lo pasamos en las giras. Pero me cuesta salir de mi rol de profesor de historia y ciencias sociales y esto me lleva a plantearme otras interrogantes y otras inquietudes con respecto al significado de esta ceremonia y apuntar hacia otra reflexión.
Me pregunto: ¿Cómo la educación que han recibido durante 12 años responde a las necesidades de justicia en un mundo donde las brechas entre ricos y pobres son cada vez más grandes?
¿De qué manera ustedes mis queridos
estudiantes, podrán contribuir a disminuir las brechas existentes en un país
marcado por la segregación, la desigualdad y la discriminación?
Alguien
expresó una vez que “La transformación de realidades injustas exige de una
imaginación radical, una capacidad de hacer existir lo que no existe- que
invente nuevos universos de significaciones y nuevos modos de acción
transformadora. Desnaturalizar lo injusto, quebrar las “astucias de la
hegemonía”- que una y otra vez pone como bien común sus propios intereses”[1].
Es la educación la que cumple este rol de hacer pensar con imaginación, de crear personas con autonomía, de convertirlos a ustedes estudiantes en promotores y constructores de una nueva sociedad donde no se dé cabida a la injusticia; una educación que entrega el coraje para defender y mantener lo bueno de nuestra sociedad y que les da las herramientas para crear bien común.
Ustedes queridos estudiantes son los que
tendrán esa tarea en sus manos a partir de ahora, porque es ahora cuando deben tomar
conciencia de su importancia para esta sociedad. Como jóvenes, ustedes no sólo
son el futuro, son ya el presente; Como adultos, ustedes poseerán la experiencia para entregar sus valores a los
que vienen detrás.
En el lugar donde se encuentren deben recordar de donde vienen, un colegio municipal, una escuela pública, donde los profesores entregamos todo por formar personas que sean un aporte a la sociedad. Recuerden que su pasado es lo que crea su identidad, y su identidad es el sello que los diferenciará del resto.
Recuerden siempre que hay un lugar que los
estará recordando, que hay personas que pusieron todo su esfuerzo en darles lo
mejor de sí mismo. Un lugar donde pasaron enojos, penas y alegrías, aprendieron
miles de cosas que a lo mejor nunca tuvieron un sentido, pero que a partir de
este momento iluminaran su camino, sea cual sea. El colegio no es un lugar
donde están las verdades del universo, sino donde cada uno debería encontrar su
verdad. Esa verdad que lleve a la transformación personal y social, que engrandece
al ser humano y lo separa de las bestias. Es aquí donde se les entrega las
armas de la imaginación, justamente para que piensen en realidades concretas, donde
sean lo sueños sus guías, la acción sus herramientas y sus valores la brújula.
También quiero agradecer, a todos ustedes, mi curso, porque ustedes a nosotros también nos enseñan. Nos enseñan a no bajar los brazos, a creer en un futuro, a dar lo mejor de nosotros para ustedes, a tener paciencia y a ser autocríticos.
Queridos estudiantes que hoy egresan, hoy es un momento de alegría, es un momento para recordar, es un momento para encender sus corazones y levantar la cabeza con orgullo, porque fue su esfuerzo y la fuerza de sus espíritus los que consiguieron el salir victoriosos, traspasar las barreras del desencanto y enfrentar un mañana de desafíos con nuevas herramientas y nuevas esperanzas.
Son grandes personas y estoy convencido que lo
seguirán siendo, porque en estos cuatro años los vi solucionar sus problemas
unidos, los vi salir airosos de muchos desafíos, vi su capacidad de liderazgo y
el sentido crítico que tanta falta hace en este mundo crédulo de mentiras. Hay
que seguir trabajando en muchas cosas y ese es un reto que día a día deben
tomar. Esa es parte de la gracia de la vida.
Queridos ex alumnos, les deseo lo mejor en su
futuro, en sus proyectos personales, en su vida que continúan, sé que lograrán
sus metas sin miedo, sin rencores, con paciencia y perseverancia. Nos
encontraremos en un futuro no muy lejano, recordaremos su paso por este colegio
y me contarán de lo felices que son con sus vidas, una felicidad real porque
estarán haciendo lo que realmente quisieron y yo me sentiré orgulloso al saber
que están haciendo existir lo que hasta ahora no existe.
Muchas Gracias!!