martes, julio 03, 2012

NAZIONALISMO Y LA PUTA QUE TE PARIO

Otra ves en Barcelona, presentando mi trabajo de investigación "Pautas culturales y educación física: Las artes marciales en Chile, 1935-2003." Al final me he sacado una buena nota, no se si valió la pena el viaje para tan poco tiempo de exposición, pero bueno, por lo menos ya he terminado, y ahora solo a esperar hacer los tramites de titulación y obtener el puto certificado de final de máster. Mientras estoy aquí, España gana nuevamente la Eurocopa, y presencio la celebración de algunos españoles gritando el clásico "yo soy español, español". Mientras caminaba por la calle, unos niños de no mas de 12 años iban jugando acompañados de sus, me imagino sus familiares; con banderas y otros símbolos iban por la calle haciendo gala de la prepotencia de los ganadores, molestando a otros mientras que los niños se gritaban entre ellos "negrata", "latino" y otros insultos de grueso calibre. Es ahí cuando me percato de las banderas que portaban, todas con símbolos fascistas, la bandera con la cruz solar y con el águila. La identificación con símbolos nacionales es algo que se espera en espectáculos deportivos de representación nacional, y es parte de la competencia que los deportes generan a nivel internacional. La identidad nacional se transmite a un grupo, una parte de la tribu nacional que representa a todo el colectivo. Esta parte de la representación, que tiene delegada en si la misión de representar y sobretodo ganar la competición esta cargada de simbolismo, de valores, de sentimientos. Cuando los deportes emergieron en las distintas esferas sociales, por un lado se apropiaron de la representación de los ideales nacionales, o mas bien dicho se los otorgaron a través de la educación deportiva por parte de los distintos estados, que vieron en ellas las posibilidades de transmitir el nacionalismo y de homogeneizar la identidad nacional. Los fascismos emergidos a partir de los años 20 del siglo XX supieron utilizar los deportes como una forma de ganar la identificación de las personas para fines estatales, una forma de movilizar esfuerzos en pro de la grandeza de la nación. No es por lo tanto extraño ver representaciones del nacionalismo fascista aprovechando las competencias deportivas para lucir y provocar efectos de legitimidad, de identificación y representación de los ideales nacionales cargados de tintes ideológicos de extrema derecha. Esta situación se manifiesta con fuerza en países con Estados débiles que tienen mas de una identificación nacional, o mas bien dicho, con mas de una nación en su interior que lucha por mantener o imponer su identidad como hegemonía. El problema se presenta cuando esas identidades nacionales se cargan de ideologías que hacen apología de la violencia racista, xenofobia, anti minorías,que al final se convierten en peligrosas para gente común y corriente, que no quiere entrar en juegos porque su identidad esta desperdigada entre un país ajeno que lo acoge y uno que no le dio las garantías necesarias para sobrevivir en el.